#ElPerúQueQueremos

RPP/ Mario Zapata

Los jóvenes, también, te decimos ADIÓS, ÓSCAR AVILÉS.

Un poco de nuestra identidad lleva tu rostro

Publicado: 2014-04-19

Regresando de dar el hasta luego a Don Óscar Avilés 

Ver para creer, estar ahí para creer. Pareció un sueño triste el haber recibido la noticia de la partida de ÓSCAR AVILÉS, el hombre con el cual muchos crecimos viéndolo como una insignia en lo poco valorada que está la música criolla sobretodo para las nuevas generaciones.

Era como el rostro de nuestra identidad a la que podíamos reclamar y defender con orgullo, ver a Lucía de la Cruz o Eva Ayllón no exactamente me inspiraba arraigo por lo nuestro. Con Óscar Ávilés aprendí a sentirme parte de una tradición a "Llorar con la guitarra", a concebir la jarana, a sentir la dulzura del vals y no envidiar a un tango argentino o una ranchera mexicana.

Ahora ya sin él y con él al mismo tiempo, acudí al Museo de la Nación en duelo, a contemplar lo que es el acontecimiento de quien deja huella con más de 70 años de música tras de sí. Acongojada, triste, confundida entre la gente y la prensa que se desplegaba toscamente como su casual "producto informativo" y nada más.

El canto colectivo ya entonaba en la puerta "Y si yo muriera tendría la dicha de unirme en la tierra contigo, contigo Perú", esperábamos que el féretro salga del sitio del museo, yo no había logrado entrar antes, una prolongada espera en pleno sol y de pronto las puertas se abrieron, se vieron flores y el color de la madera deslumbró a quienes aguardábamos pacientes. Un cajón, cuatro paredes, pétalos de flor y LO FUE TODO. La multitud tras de él, dándose fuerza con cantos, ya no pude más y las lagrimas brotaron como casi un familiar, un abuelito querido, un entrañable de toda la vida y es verdad, TODA UNA VIDA CON OSCAR AVILES. La caminata rumbo a la carroza hacía cada metro más inmenso, cada metro un latido fuerte en el pecho, un latido musical acompañándose esta vez de nuestras mejillas húmedas entonando al compás de las lagrimas cada vals en nuestros rostros. Cerró la carroza, se apagó finalmente este sueño triste que ya palpaba tristemente en la realidad de nuestras vidas.

ADIÓS MAESTRO, HASTA LUEGO MAESTRO, DEJÓ HUELLA Y LO SEGUIRÁ HACIENDO SIEMPRE. CANTANTO, LLORANDO SU GUITARRA EN JARANA CRIOLLA, EN JARANA NUESTRA. Q.E.D.P


Escrito por

Emma Robles

Socióloga ambientalista, estudiante de master en L´École des hautes études en sciences sociales (EHESS) de Paris


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Emma Robles

Reflexión y análisis sobre conflictos sociales, temas ambientales, derechos humanos, arte y actualidad política. ¡Jóvenes a la obra!